30 nov 2017

ARRASTRA, ARRASTRA LA VIDA



En donde puse la sal, puse el dolor de la perdida
de la furia, de la negación.


Y cuando miré atrás, descubrí que tu boca,
que tus manos y tu aliento,
se marchitaron en mi memoria.


Como si la sal no fuera imperecedera,
como si tu no tuvieras el derecho a descansar,
en paz, con paz.


Ahora falta poco, falta menos
un día con otro, recorriendo los vericuetos de la conciencia.
quien fue más, quien fue menos,
quien dio todo, que falto...




Desde ahí puedo verte y perdonarme,
porque siempre me dijiste que nada es para siempre
que el para siempre no existe,
ni siquiera en la memoria.




A veces me sorprendo hablándote y no viéndote,
me parece raro, casi extraño
es todo cuanto siento.




De aquí en mas todo estará calmo, 
Quieto, como un mar de fotografía,
rodeando el puente de los recuerdos.




Como un sol tardío, una gaviota sin rumbo,
o una lagrima congelada en la pantalla.


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