De cierta manera el regreso estaba previsto,
no había indicaciones concretas,
solo la certeza de lo que ocurriría,
tarde o temprano ibas a regresar.
En esencia, en sensaciones,
en sentido, en acuerdos,
en retratos, en imágenes,
en sueños.
Y ocurrió,
en este plano de existencia ocurrió.
Velada la tarde,
acompañada de los graznidos intolerantes de las gaviotas alborotadas,
de la marea incesante y la arena,
en la cual escribí en forma demencial cada tarde tu nombre.
Cada ola traía un poco de ti.
Primero tu silbido, luego tu aroma,
y mas tarde tu pelo revuelto.
Primero, debo aclarar que loca no estoy,
luego cuando retome el rumbo de la vida
y soplen otros vientos de memoria,
volveré a recordar lo mismo.
Una y otra vez,
como una canción mal grabada
o un cassette mal rebobinado,
tu y yo eternos.
Buscándonos en los espacios vacíos
y rondando entre medio de sueños inconclusos.
Pero lo que importa es que cruzaste el umbral y apareciste,
con tu alma dormida y el amor intacto,
y yo aun, estaba esperando.
no había indicaciones concretas,
solo la certeza de lo que ocurriría,
tarde o temprano ibas a regresar.
En esencia, en sensaciones,
en sentido, en acuerdos,
en retratos, en imágenes,
en sueños.
Y ocurrió,
en este plano de existencia ocurrió.
Velada la tarde,
acompañada de los graznidos intolerantes de las gaviotas alborotadas,
de la marea incesante y la arena,
en la cual escribí en forma demencial cada tarde tu nombre.
Cada ola traía un poco de ti.
Primero tu silbido, luego tu aroma,
y mas tarde tu pelo revuelto.
Primero, debo aclarar que loca no estoy,
luego cuando retome el rumbo de la vida
y soplen otros vientos de memoria,
volveré a recordar lo mismo.
Una y otra vez,
como una canción mal grabada
o un cassette mal rebobinado,
tu y yo eternos.
Buscándonos en los espacios vacíos
y rondando entre medio de sueños inconclusos.
Pero lo que importa es que cruzaste el umbral y apareciste,
con tu alma dormida y el amor intacto,
y yo aun, estaba esperando.
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