Cuando pedimos silencio
es cuando volvemos a registrar la memoria
y en cada segundo,
transitamos de vuelta hacia la vida,
al recuerdo,
al reencuentro.
La simpleza del silencio,
en cada amanecer,
en la añoranza,
en el atardecer,
como la vida.
La bulla de la monotonía
nos lleva a desencadenar
las cosas simples,
que se perdieron una mañana,
cuando fuimos demasiado humanos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario