Cada vez que
el alma se le aprieta y que el ruido, el smog y el tráfico sobrepasan su
armonía, o cuando piensa que las ciudades sin mar son como un chumbeque sin
miel, vuelve a bajar los cerros.
Vuelve a
caminar descalza por la playa, hundiendo los pies en la arena mojada, mirando
como desaparecen lentamente sus huellas, imaginando las estrellas alborotando a
la luna, la música de las gaviotas, las olas, el aroma salino.
Es aquí cuando
siente que el nivel 0, es el punto de partida hacia la perfección.
No hay comentarios:
Publicar un comentario