
volaba dejando estelas de caricias
reclamando por la huida que no quería
deseando permanecer etérea
burlando los deseos de la Divina justicia.
Está porque antes de nacer,
antes de soñarla,
antes de parirla,
antes de creer,
volaba ya como golondrina.
Y aquí está,
hecha carne y espíritu,
masa y volumen,
agua y fuego,
sol y tierra.
Sueña tus sueños de golondrina
para que los ojos se te llenen
de cielo, de caricias,
de abuelas soñadoras
y amores tras bambalinas.