Mi
madre cumple 87 años. A veces me parece que la voy a ver correr tras una pelota
o amasando un pan, rabeando con los desórdenes de Jimmito, decorando una torta
o simplemente descansando.
Ahora aún es mi madre, pero la siento tan niña. Si me mira con sus ojitos, que a veces se van a recorrer otros mundos, pide perdón por sus equivocaciones.
Madre querida, nadie nos enseña un rol de tanta responsabilidad, solo nuestro instinto. Y tú, supiste cuidar muy bien de nosotros.
Por
todo, gracias. Gracias infinitas al universo por enseñarme, a través de ti,
como recorrer los caminos de la maternidad.
¡Feliz
cumpleaños Chilita querida!
No hay comentarios:
Publicar un comentario