4 ene 2016

15 AÑOS DESPUES



A mi Peri querido:



 No podría negar que a 15 años de tu partida aun duele, como si fuera una pequeña herida que al volver a mirar sangra.

He recorrido un largo camino y he aprendido tanto, pequeñas cosas, detalles, formas, métodos, técnicas. Todo este aprendizaje me acerca más a ti. Este aprendizaje me hace feliz y recordé que tuve un sueño.

Tuve un sueño, soñé con olas, mar, gaviotas, arena y rocas. En cada ola que se alejaba se iba un poco de dolor y al final del atardecer, entre nubes anaranjadas, me sentaba a esperar la noche.

Fueron largos años de esperar. Hasta que apareciste en mi sueño y me susurraste que ya podía nadar sola y cruzar hasta  otra orilla, que en esa orilla habían olas, rocas, arena, luz y gaviotas. Hay tantas gaviotas, dijiste, que no alcanzaras a contarlas.

Siempre me salvaste, me salvaste de la inconciencia, de la monotonía, del dolor, me diste esperanzas y alas para volar, me diste 6 hijos  y una golondrina  para no olvidar tu esencia y a cada uno le legaste un don.

Ahora puedo decir que soy feliz, con esa felicidad que se construye cada día y  que se rescata de los sueños construidos, de los que perduran y de los que se desvanecen.

Agradezco infinitamente  la vida que me regalaste, te libero de toda responsabilidad y solo te pido que no olvides esperarme, con esa ilusión me levanto cada día y cierro mis ojos cada noche.

Un beso, de esos que te roban el alma .


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