Nostalgias 2012
Dispuso la
banca en la puerta, tal como lo venía haciendo desde que tenía uso de razón;
primero acompañando a su abuela, luego a su madre, a sus hijos y hoy sola, a
recordar “Reloj, detén tu camino” tarareo.
Miro la calle
de arriba abajo y extraño el olor a madera, a tierra húmeda.
Entrecerró los
ojos y trato de escapar de la bulla, de su invisibilidad. Entonces, sintió que su cuerpo sin dolores se
recomponía. Sacudió sus memorias dolorosas y contorneándose al ritmo de sus
tacones, por la vereda de madera, camino hacia la calle de sus recuerdos.