29 abr 2011

MAYO EN EL CORAZON




Todas las veces que llega mayo
Derramo una lágrima por los recuerdos,
Esos días de otoño, tristes a veces, nostálgicos
Por cada uno de los que toman una pala,
Una escoba, un martillo, una hoz.

Por cada uno de aquellos
Que derribaron los muros de la inconciencia
Dando pasó a la ilusión, a la lucha verdadera,
Dejando atrás la represión.
Por un trabajo digno,
Por el compromiso, por el honor.


Cuando los trabajadores se toman la vida,
Para hacer de su dignidad el estandarte de lucha...
Solo entonces mayo se torna primavera,
solo entonces la primavera se llena de flores,
solo entonces hay vida, hay alegrías y hay esperanzas.

¡FELIZ DIA DEL TRABAJADOR!!

21 abr 2011

23 de abril del 2011, casi,casi 23 años


Hace un rato, pensaba. Volví a esa clara mañana de enero del 2001 cuando deje mi vida en puntos suspensivos….Entonces, me deshice de mis dolores, los puse en una alfombra voladora y le prendí fuego haciendo con esas cenizas una nube de nostalgias.
Luego, esa nube se volverá lluvia derramándose por los senderos añosos de la memoria.
Luego, la memoria se vuelve canción para llenar con sus melodías la cuna vacía de amor y dolor.
Luego el dolor se transmuta en nostalgia y la nostalgia, melancolía. Y esta desgreña el alma para convertirla en dolor. Y, entonces el dolor se vuelve irremediablemente canción, amasijo de voluntades que se ciernen sobre mi cabeza produciendo una nube de lágrimas….derramándose sobre una poesía.

Este ciclo de vida, muerte, dolor, canción, amor, es una rueda de voluntades que se abren al acertijo de cada pregunta en una noche triste: ¿Que hago?, ¿a donde voy?, ¿porque aguanto?, ¿falta mucho?, ¿falta poco?...

Ay dolor, ay dolor, 23 del 23, un numero que nada dice por si solo, pero leído en tus ojos me marca el latir del corazón.

Tica, tac, tic, tac… duele, duele ¡ay dolor!

No quería esta vida sin tus brazos protectores, sin tu risa, sin tu olor.
Y me carga que la vida me imponga los códigos sociales de quien soy.

¡Nada quiero!..., nada de compasión, si los destinos de mi vida están regidos por tu partida; entonces, eso soy.

La vida me ha dado y me ha quitado en justa medida de valor, cada una de tus manos, cada uno de tus ojos, cada uno de tus besos, que se fueron marchitando mientras las lágrimas se secaban y no dejaron germinar las flores que se tejieron con ilusión.

Me debes la vida, te debo la vida, nos debemos al amor y no podemos fallar en esta última partida; puesto que nada o todo se lo lleva el dolor.

Casi siempre de amanecida escucho tu vibrar, una suave melodía que me acompaña al despertar.

Y pueden que digan que casi loca estoy, pues nadie escucha, solo yo, la respiración pausada y suculenta de calor.
Desde donde estés, estoy, desde donde mires, miro, desde donde sueñes, sueño, desde donde me ames… te amo.

Cada día soy gracias a ti y cada día ruego por un día menos sin ti.

23 abril del 2011