1 oct 2010

reflexiones del dicom bicentenario

El Lunes, 20 de septiembre de 2010 a las 20:09.

Ha pasado tiempo que no escribía, pero las letras revolotean en mi cabeza como gaviotas revolucionarias, explorando nuevos horizontes, buscando estrategias, desparramando sensaciones y tratando de equilibrar el desequilibrio.

Estamos en este extraño acontecimiento del cumpleaños de la patria, de este bicentenario lleno de vacíos, de deudas impagas, de acciones incoherentes, de celebraciones vanas.

Izar la bandera mas grande, repartir desde el aire marcadores de libros, organizar la bandera humana con estudiantes, conciertos bicentenarios, fuegos artificiales, galas oficiales, series de televisión, spot comerciales, afiches, canciones, rimas, cuecas, payas, discursos, etc., etc.

Sin embargo seguimos estando en el dicom del bicentenario patrio, porque tantas deudas impagas no se borran con una bandera grande hecha en estados unidos, con marcadores de libros que muy pocos leen, con banderas humanas sin tener claro el sentido de la palabra PATRIA, conciertos regados de mensajitos subliminales de gobierno, fuegos artificiales vistos solo por los que viven en altos edificios, galas oficiales con palabras de buena crianza, series de televisión donde los buenos son siempre buenos, spot cargados de símbolos, afiches sin compromisos, canciones melódicas sin contenido, discursos sin verdades.

Donde quedan los que faltaron por nombrar; aquellos quienes dieron su vida por sus ideales, los postergados, los desterrados, los que hacen patria sin tenerla, los indigentes, los desposeídos de conciencia, los faltos de esperanzas, los cansados de luchar por el día a día, los voluntarios de la libertad, los que aun esperan en silencio reconstruir su vida después del terremoto, los desaparecidos y los huelguistas mapuches.

Hombres, mujeres, niños que viven sin esperanzas en un futuro mejor, porque nadie les enseña que los sueños son posibles y que las luchas deben ser colectivas, porque nadie les muestra la verdad para no entorpecer los planes y programas de gobierno, porque son más útiles como masa sin razón.

Donde se perdió nuestro espíritu indómito del Arauco milenario, donde quedo la enseñanza de leftraro - preparase, escuchar, aprender, luego combatir- nosotros los chilenos que renegamos de nuestra sangre indígena, que nos avergonzamos de ser chicos o chicas, caderonas, de espaldas anchas, de pómulos salientes, de ojos achinados, tratando de ser tigres o jaguares, y que solo terminamos pareciendo tristes monos.

Para empezar a salir de este dicom bicentenario hay que pagar, en efectivo y retroactivo, la deuda con nuestros pueblos nativos, el reconocimiento a su autonomía y cosmovisión, derogar leyes abusivas, consensuar una nueva constitución, enseñar a nuestros niños y jóvenes el compromiso de construir una nueva patria libre de dominio, de contaminación, de prejuicios, de sangre, de deudas históricas, de basura, de leyes desleales, de santos en la corte, de palabras sin contenido.

Ninguno de nosotros va a estar en 100 años mas, pero hay que empezar a trabajar desde ya para que cuando esa fecha llegue, estar con la deuda del dicom bicentenario cancelada y que nuestros nietos o bisnietos no sientan esa sensación de vacío patrio que estoy sintiendo en este momento.



Septiembre 19 del 2010

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